El mundo está lleno de posibilidades, cada vez más, la infinidad de variantes obnubila, y muchas veces paraliza. Sin embargo, cada iniciativa comienza con un paso, y sólo desde ahí se inicia el trayecto, paso a paso.
Muchas veces nos perdemos en grandes proyectos, propósitos, quedando enredados en el famoso “mañana empiezo”, a comer mejor, a leer un libro, a cambiar un hábito, Y luego, cuando mañana pasa, quedamos sumidos en la des-ilusión y la frustración invade nuestro ser. Y esta situación se repite una y mil veces. ¿Qué nos sucede? Quizá queremos correr cuando apenas sabemos caminar.
Observar a un niño cuando aprende a caminar es un buen ejercicio. Comienza gateando, su perspectiva tiene un foco determinado, cuando logran pararse su mirada, frente al mundo cambia. Erguirse es todo un desafío, y cuando el alrededor festeja el logro, vuelve al lugar conocido, aquel que le da seguridad, hasta que un paso acompaña al otro y así un día corre.
Este proceso se repite ante cada situación nueva. Recordemos cuantas veces ante un nuevo proyecto o desafío vamos y venimos, empezamos y dejamos, postergamos y retomamos. Comprendiendo este proceso quizá podemos, comenzar por lo posible. ¿Y qué es lo posible? Aquello que en un principio no requiere extremo esfuerzo, si iniciativa, motivación. Es la posibilidad de satisfacción en pequeñas dosis.
Aquí algunos ejemplos: proponerse caminar quince minutos, y aunque pueda un poco más, volver al día siguiente, leer sólo una o dos páginas de un libro, realizar veinte minutos de ejercicios. Y así con aquellas cosas que necesitamos y queremos. La clave es sólo por hoy y mañana es hoy y así sucesivamente, porque el logro de lo posible, ánima, entusiasma. Nos permite darnos cuenta de que lo vamos consiguiendo. Y si es posible, podemos continuar. Al internalizarlo, fortalecemos la voluntad, la constancia y la disciplina. Cultivar lo posible nos permite recordar que si nos caemos podemos volver a empezar, cómo los niños cuando comienzan a caminar.
¿Crees que podés empezar por lo posible?
Te escucho…
