En la semana de la solidaridad, me gustaría que nos detengamos a reflexionar que significa ser “solidario”.
Las palabras contienen en su origen el sentido y el significado de aquello que transmiten y nos permiten comprender su uso.
La RAE, la define como “Adhesión o apoyo incondicional a causas o intereses ajenos, especialmente en situaciones comprometidas o difíciles.”. El desarrollo de esta capacidad de empatizar con las necesidades de otros requiere de un profundo trabajo interno, en especial para poder diferenciar las necesidades propias de la de los demás. Y aquí me parece interesante abrir a la pregunta:
¿qué significa para mí ser solidario?
La etimología de la palabra “solidario” proviene del latín soliditas, que expresa la realidad homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de igual naturaleza.
Pareciera entonces que para poder desarrollar una actitud solidaria es necesario estar “solido” “entero” “unido” y este es el trabajo interno, para poder observar, escuchar y comprender que es aquello que podemos dar solidariamente, sin perdernos.
A partir de estas ideas es donde el foco puesto en aquella causa que consideramos importante hace la diferencia. En ese dar desinteresado es donde se expresa la esencia de la humanidad. Y es en ese estado de consciencia, donde la solidaridad es auténtica. En ese encuentro es donde el Ser humano se hace más humano, crece, evoluciona y se ayuda mutuamente.
