Permitirnos un descanso

El tiempo de las vacaciones, juega en el inconsciente colectivo como un cuadro de quietud y calma. Sin embargo, la inercia de las actividades continúa en ese espacio tan esperado, empañando la posibilidad de des-cansar. 

¿Qué mecanismos subyacen? ¿Por qué nos cuesta dejar las actividades de lado? En realidad, las actividades las dejamos, pero internamente seguimos en el mismo andarivel.  Nos cuesta cambiar de hábitos y rutinas. En el fondo pareciera que aparece el temor al espacio vacío, a permitirnos comprender que “no hacer nada” significa “hacer de otra manera”.  Hay autores que sostienen que para que un hábito se internalice se necesita repetir una acción durante veinte días. Si lo pensamos a la inversa necesitaríamos veinte días para desarmar esos hábitos que nos llevan a rutinas conocidas. En los tiempos que corren, no siempre podemos tomarnos ese tiempo para lograr el ansiado descanso. La pregunta que surge es ¿qué significa para cada uno descansar? ¿Cuál es el deseo de fondo? Byung Chul Han, filósofo contemporáneo describe en su libro “La sociedad del cansancio” como en la actualidad la velocidad de los acontecimientos lleva a un estado de ansiedad generalizada. El propone que el antídoto es recuperar la vida contemplativa. La contemplación requiere de tiempo y espacio para el ocio,, para este hacer sin resultados. Este tiempo de reacomodación es una invitación a revisar nuestros espacios de ocio, a tratar de integrarlos a nuestra cotidianeidad, a no necesitar sólo del tiempo de vacaciones.

La propuesta es darnos pequeños momentos diferentes, realizar actividades que durante la jornada laboral solo quedaban en la imaginación y el deseo.

Buscar espacios de silencio, observar el entorno, la naturaleza y a nosotros mismos. Animarnos a dormir una pequeña siesta. Llamar aquel amigo que siempre tenemos presente pero nunca llega el momento. Podría sugerir infinidad de cosas, sin embargo, la clave es que cada uno encuentre en el tiempo de descanso aquello que lo conecte con otros aspectos de sí mismo.  Lograr estos simples pasos quizá nos ayude a continuarlos cuando volamos a las actividades cotidianas y que sean parte de un nuevo orden.

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