El ojo del huracán

Los fenómenos de la naturaleza nos asombran por su fuerza, vitalidad, colorido y persistencia. En ella, la vida se manifiesta en todas sus facetas sin estar pendiente si es observada o no. Simplemente continua su proceso. En cada expresión se manifiesta un aprendizaje, una metáfora, que simbólicamente nos habla. ⁣

Nosotros, los humanos, formamos parte de estos “fenómenos”, somos parte de un Todo, que pareciera que hemos dejado de percibir. Nos separamos de nuestra propia naturaleza y nos alejamos del lugar que puede ayudarnos a encontrar respuestas.⁣

La turbulencia de los tiempos actuales nos sacude como un huracán. Los estímulos externos e internos nos envuelven perdiendo nuestra capacidad de observar, escuchar, sentir y pensar con claridad. Quedamos atrapados en el remolino siendo arrojados a lugares desconocidos donde el miedo, la ira, y la oscuridad nos atrapa. Nos perdemos. La angustia y desesperación comienzan su proceso de invasión interna. Entramos en una situación de riesgo. ⁣

Sin embargo, siguiendo la metáfora del huracán, sabemos que, en el centro del tornado, llamado “ojo” hay calma, no hay viento, no hay tierra, no hay fuerza centrípeta ni centrifuga que impulse. Hay serenidad, y es ahí donde tenemos las respuestas. En el centro de uno mismo es el lugar de la calma, del eje para poder observar, sentir y pensar con claridad. Esto significa encontrar ese punto en medio del caos y la tormenta. ⁣

¿Y cómo encontrarlo? Hay muchas prácticas milenarias que como recursos pueden ser herramientas que nos ayuden, darse unos minutos al despertar, observar la naturaleza, agradecer, recuperar las pequeñas cosas de cada día. Caminar. Compartir. Respirar de manera consciente. Hacer silencio para poder escuchar. ⁣

Ese lugar necesita ser re-conocido, necesita ser des-cubierto para no perdernos. Es el lugar del encuentro para poder dis-cernir con tranquilidad. ⁣

Una vez más la naturaleza nos está enseñando, dando respuestas en medio de la desesperación. Recuperar la calma no es negar la tormenta, es recuperar la fuerza para no perder el rumbo, porque finalmente el huracán pasará.⁣

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