La memoria es el punto donde el flujo de acciones de la vida va dejando una huella. Cada momento de la existencia se va entretejiendo con diferentes situaciones, encuentros, desencuentros, alegrías y tristezas.
Como cuando se va tejiendo la lana, cada punto da lugar a uno nuevo y entre idas y vueltas se va formando algo que aún no conocemos.
Sin embargo, en esos entretejidos todo queda unido. Podríamos pensar como en cada una de esas vueltas el pasado, el presente y el futuro se pierden en ese instante sublime y los tres tiempos danzan al unísono.
Qué extraño que nos cueste tanto observar que nos sucede en ese instante, ahí cuando todo está aconteciendo. Nos distraemos, nos perdemos, nos encontramos y todo vuelve a comenzar. En ese recorrido sólo queda espacio para los recuerdos que nos llevan nuevamente al corazón a ese sentimiento asociado que nos permite comprender donde estamos hoy. Y es ahí cuando tomamos consciencia de la historia, de la propia biografía y de cuantos nos acompañaron y acompañan a escribirla. Y nuevamente la imagen del tejido nos evoca que todos estamos relacionados y unidos en este peregrinar. En el silencio, escuchamos, en el recorrido, compartimos.
Que cada uno de nosotros podamos seguir entretejiendo recuerdos que nos permitan continuar nuestro camino.
