¿Existe un nuevo tabú?

La palabra “tabú” proviene del polinesio y significa “lo prohibido”, es un concepto usado para referirse a todo aquello que, según las convenciones sociales, las creencias religiosas, se considera indebido. ⁣

Durante muchos años, los temas vinculados al sexo y la sexualidad estaban considerados como un “tabú” una prohibición que solo llevaba a “no hablar” a no poner en palabras una dimensión fundamental de la naturaleza humana. ⁣

Sin embargo, hoy observo que ha surgido otro “tabú”, un tabú complejo que está asociada a no hablar de los afectos y sentimientos. A no poder expresar con claridad como es la relación con otro, que significa. En principio parecería una paradoja ya que en estos tiempos la publicidad a través de las imágenes, invita a un sentir continuamente emociones diferentes y a una búsqueda de nuevas sensaciones. Esta vorágine de adrenalina genera una profunda insatisfacción de fondo. Un sin-sabor que vuelve activar la necesidad de una satisfacción inmediata. Y aquí es donde muchas relaciones quedan atrapadas. Y el circulo vuelve a comenzar, la emocionalidad va envolviendo sin poder poner un “nombre” a ese vínculo, que como el agua se escurre entre las manos. Es aquí donde el tabú se hace presente, el temor a expresar el sentimiento de fondo queda paralizado y de “eso” ya no se puede hablar. ⁣

Las emociones son reacciones ante estímulos externos o internos que se manifiestan a nivel corporal y tienen la capacidad de generar infinidad de sensaciones que duran un corto tiempo. Los sentimientos implican tomar consciencia de esas emociones, ponerles un nombre y sostenerlas en tiempo, implican un proceso de discernimiento y elección. Se pone en juego la integración entre pensar, sentir y hacer. En muchas relaciones, por “miedo” a sufrir se prefiere no desarrollar ese vínculo, se niega el dolor y el sufrimiento que es parte de la vida. El autoengaño aparece en escena y el torbellino vuelve surgir sin poder hablar de aquello que realmente está sucediendo. ⁣


Este temor a expresar los sentimientos queda asociado a una palabra que ha perdido vigencia y casi ya está en desuso: com-pro-meterse. ⁣

Los invito a que juguemos con la palabra, pro es futuro, meterse es entrar. Por lo tanto, podríamos decir que “comprometerse” sería “meterse en el futuro del otro o lo otro”. Quizá esta sea la punta del iceberg, el temor a implicarse, adentrarse en un vínculo que nos transforma, modifica, y que entre ambos nos hace participes del otro. ⁣

¿Será tiempo de repensar como nos vinculamos? ⁣

Volver arriba