Hijos

Aquellos seres que vienen a través de uno y sin embargo son otros, diferentes y parecidos. Seres que se acercan desde la completa necesidad de ser sostenidos, cuidados y en absoluta incondicionalidad. Pequeñas personitas que nos miran, y en ese mirar compartido vamos creciendo, juntos, desde lugares distintos. ⁣

En esa danza sin tiempo, aprendemos a ser padres y también a ser hijos. Cada uno trae algo diferente a descubrir. Algunos nos enseñan a animarnos, nos confrontan con nuestras sombras, otros nos muestran que los esfuerzos valen la pena, aún en las equivocaciones. Y en ese andar pausado el tiempo va pasando. Cuando apenas nacen queremos que crezcan, que sean autónomos, que aprendan, y un sinfín de deseos propios que proyectamos, sin darnos cuenta que cada uno será lo que es. ⁣

A medida que van creciendo, las noches se hacen largas, las dudas nos toman, queremos darles lo mejor sin saber realmente cuales son sus necesidades. Y el tiempo en silencio sigue su curso, hasta que un día nos encontramos con seres adultos, independientes, con sus propios pensamientos y decisiones.⁣

Y es ahí en ese instante que al mirar para atrás uno comprende que la vida es dinámica, que nada es eterno y que todo ese camino tuvo y tiene un sentido. Al llegar ese instante el tiempo se detiene y como una película sin cortes, los recuerdos comienzan a reaparecer sin detenerse. Las alegrías, las tristezas, las angustias, los enojos todos los sentimientos al mismo ritmo y sin pausa dan cuenta que han crecido. Ellos y nosotros y hoy solo surge un profundo agradecimiento por todo lo vivido, por todo lo compartido y por todo lo vendrá…⁣

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